27 de abril, canonización de dos grandes pontífices
Habían
trascurrido escasos treinta minutos del anunciado consistorio con los cardenales,
cuando el Papa Francisco dio a conocer al mundo la fecha de canonización de los
Papas Juan XXIII y Juan Pablo II: 27 de abril de 2014, fiesta de la Divina
Misericordia.
Ya
en el avión que lo llevaba de regreso a Roma, tras su viaje a Río de Janeiro,
Brasil, el Santo Padre había adelantado que esa era la fecha más probable para
elevar a los altares a ambos pontífices, pues facilitaba el viaje de muchos
peregrinos polacos que seguramente querrían participar en la ceremonia.
“Con
alegría y gozo –dijo el Papa Francisco el pasado 30 de septiembre, ante el
Colegio Cardenalicio–, juzgando que pueden ser venerados por toda la Iglesia
los beatos Juan XXIII y Juan Pablo II, por la autoridad de Dios Omnipotente, de
los Santos Pedro y Pablo, he decidido que Juan XXIII y Juan Pablo II, el día 27
del mes de abril del año 2014, sean incorporados al árbol de los santos.”
El
proceso de canonización de Juan Pablo II concluyó con la aprobación del milagro
atribuido a su intercesión, gracias al cual la mujer costarricense Floribeth
Mora se curó de un aneurisma cerebral justo el día de la beatificación. Sin
embargo, en el caso de Juan XXIII, el Papa Francisco decidió que se celebrara
su canonización sin necesidad de tener que documentar un milagro.
Se espera que la ceremonia del
próximo 27 de abril supere todos los récords de asistencia a una canonización.
Basta recordar la extraordinaria participación de fieles en la beatificación
del “Papa amado” en la primavera del 2011. Ante esta situación, aunado a la
gran devoción que se le tiene a estos dos pontífices de la segunda mitad del
siglo XX, el Vaticano y los servicios públicos italianos deberán trabajar a
fondo para garantizar la atención a los visitantes.
En
México, el cardenal Norberto Rivera Carrera se unió a la alegría de la Iglesia
universal por el anuncio, y dio gracias a Dios, “que bendice a su Iglesia y a
la humanidad con el don de sus santos”, y al Santo Padre Francisco, “que ha
decidido inscribir en el libro de los santos a estos dos grandes pontífices,
ejemplos de fe, esperanza y amor para la Iglesia, y grandes benefactores de la
humanidad”, dijo a través de un comunicado.
El
Arzobispo de México recordó que el “Papa bueno”, Juan XXIII, fue un incansable
promotor de la paz en el mundo, y como buen pastor, amó profundamente a sus
ovejas, promovió el diálogo y el entendimiento con otras confesiones
religiosas”.
Del
Papa Juan Pablo II, dijo: “fue un misionero incansable, un firme defensor de la
familia, de la dignidad de la persona y de los derechos humanos, especialmente
del derecho a la vida. Visitó nuestra ciudad arquidiócesis en cuatro ocasiones,
en las que siempre rindió un homenaje filial y piadoso a la Madre de Dios, en
su advocación de Guadalupe, de la que fue devoto toda su vida”.
https://www.facebook.com/media/set/?set=a.512921915448055.1073742
Habían
trascurrido escasos treinta minutos del anunciado consistorio con los cardenales,
cuando el Papa Francisco dio a conocer al mundo la fecha de canonización de los
Papas Juan XXIII y Juan Pablo II: 27 de abril de 2014, fiesta de la Divina
Misericordia.
Ya
en el avión que lo llevaba de regreso a Roma, tras su viaje a Río de Janeiro,
Brasil, el Santo Padre había adelantado que esa era la fecha más probable para
elevar a los altares a ambos pontífices, pues facilitaba el viaje de muchos
peregrinos polacos que seguramente querrían participar en la ceremonia.
“Con
alegría y gozo –dijo el Papa Francisco el pasado 30 de septiembre, ante el
Colegio Cardenalicio–, juzgando que pueden ser venerados por toda la Iglesia
los beatos Juan XXIII y Juan Pablo II, por la autoridad de Dios Omnipotente, de
los Santos Pedro y Pablo, he decidido que Juan XXIII y Juan Pablo II, el día 27
del mes de abril del año 2014, sean incorporados al árbol de los santos.”
El
proceso de canonización de Juan Pablo II concluyó con la aprobación del milagro
atribuido a su intercesión, gracias al cual la mujer costarricense Floribeth
Mora se curó de un aneurisma cerebral justo el día de la beatificación. Sin
embargo, en el caso de Juan XXIII, el Papa Francisco decidió que se celebrara
su canonización sin necesidad de tener que documentar un milagro.
Se espera que la ceremonia del
próximo 27 de abril supere todos los récords de asistencia a una canonización.
Basta recordar la extraordinaria participación de fieles en la beatificación
del “Papa amado” en la primavera del 2011. Ante esta situación, aunado a la
gran devoción que se le tiene a estos dos pontífices de la segunda mitad del
siglo XX, el Vaticano y los servicios públicos italianos deberán trabajar a
fondo para garantizar la atención a los visitantes.
En
México, el cardenal Norberto Rivera Carrera se unió a la alegría de la Iglesia
universal por el anuncio, y dio gracias a Dios, “que bendice a su Iglesia y a
la humanidad con el don de sus santos”, y al Santo Padre Francisco, “que ha
decidido inscribir en el libro de los santos a estos dos grandes pontífices,
ejemplos de fe, esperanza y amor para la Iglesia, y grandes benefactores de la
humanidad”, dijo a través de un comunicado.
El
Arzobispo de México recordó que el “Papa bueno”, Juan XXIII, fue un incansable
promotor de la paz en el mundo, y como buen pastor, amó profundamente a sus
ovejas, promovió el diálogo y el entendimiento con otras confesiones
religiosas”.
Del
Papa Juan Pablo II, dijo: “fue un misionero incansable, un firme defensor de la
familia, de la dignidad de la persona y de los derechos humanos, especialmente
del derecho a la vida. Visitó nuestra ciudad arquidiócesis en cuatro ocasiones,
en las que siempre rindió un homenaje filial y piadoso a la Madre de Dios, en
su advocación de Guadalupe, de la que fue devoto toda su vida”.
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