Manual para Laicos Franciscanos - Lección Décima Segunda - La Espiritualidad Franciscana "Movimiento" Carismático


1.- Advertencia Introductoria

Está de moda hablar de carismas, de grupos carismáticos y movimientos carismáticos. Sin embargo, cuando decimos que la espiritualidad franciscana es un movimiento carismático no lo queremos identificar, de ningún modo, con el actual Movimiento de Renovación en el Espíritu Santo. Este último es reciente.

La espiritualidad franciscana tiene ya más de siete siglos.

Es cierto que hay muchas cosas en común entre estos dos movimientos. Pero, a propósito, nosotros no queremos ni establecer relaciones ni recalcar diferencias. Queremos presentar el movimiento franciscano como un hecho independiente, con la originalidad con que nació hace aproximadamente ocho siglos, en aquel ambiente religioso tan diferente al nuestro.

Vamos a exponer este aspecto de la espiritualidad franciscana dentro de la más rigurosa fidelidad a las enseñanzas y prácticas de la Santa Madre Iglesia. Para hacer nuestra exposición nos basaremos estrictamente en las fuentes franciscanas: Escritos de San Francisco y las Biografías sobre el mismo.

2.- Lo que se entiende por carisma

A pesar de que en el Antiguo Testamento y en la Iglesia primitiva (Véanse I Cor 12, 4, 12; I Pe 4,10) los carismas ocupan un lugar preponderante, posteriormente se nota un gran vacío en la teología católica, excepción hecha por Santo Tomás de Aquino y de la Carta Encíclica de Pío XII sobre el Cuerpo Místico.

Este olvido se puede explicar porque había una desconfianza por los carismas, ya que eran identificados con fenómenos extraordinarios y milagros. Además, se quería ver una especie de oposición entre los carismas y la autoridad o jerarquía de la Iglesia.

Resumiendo, podemos decir que los carismas son:

Gracias particulares, distintas de las virtudes y de los sacramentos, comunicados directamente por el Espíritu Santo a determinadas personas para el bien de la comunidad.

Los carismas son un regalo y un don gratuito de Dios; el Espíritu Santo los reparte con absoluta libertad a quien quiere. Estas gracias están ordenadas al bien común de la Iglesia; o sea, al servicio de la comunidad y no a la santificación individual.

Cualquier persona dentro de la Iglesia (obispos, sacerdotes, religiosos y laicos) los puede recibir.

El Apóstol San Pablo hace una lista de estos carismas: don de lenguas, don de apostolado, don de gobierno, don de curaciones, don de profecía, etc.

Podemos afirmar, también con el Apóstol San Pablo, que las mismas aptitudes naturales o talentos que el Espíritu Santo utiliza, desarrolla, eleva y orienta a fines sobrenaturales, se pueden llamar carismas.

Los carismas son, pues, algo más común y corriente de lo que a veces nos imaginamos. Todo cristiano puede ser tomado como instrumento por el espíritu Santo. El Concilio Vaticano II habla de carismas "Extraordinarios" y de "los más sencillos y comunes".

Todo carisma esta sujeto al discernimiento y a la aprobación de la Iglesia.

3.- Los carismas en la vida de San Francisco

Dada la importancia y actualidad del tema por curiosidad personal, hemos examinado detenidamente los Escritos y las Biografías primitivas para encontrar datos y alusiones sobre los carismas de los que personalmente gozaron San Francisco y sus primeros compañeros. He aquí los resultados:

En la primera parte de Las Florecillas, los carismas se mencionan o manifiestan 25 veces. En la Vida de Fray Gil, 6 veces. En la Vida Primera, de Tomás de Celano, 9 veces y en la Leyenda de San Buenaventura, 33 veces.

Encontramos carismas que van desde la inspiración para comenzar a hacer penitencia hasta el poder de curar endemoniados. San Francisco experimentó la invasión del Espíritu Santo en toda su vida. "El Señor me dio" y "El Señor me reveló" repite sin cesar.

4.- El Carisma Franciscano

Pero en realidad, cuando decimos que la espiritualidad franciscana es un movimiento carismático, no nos referimos a los carismas personales de San Francisco sino a su gran carisma de fundador; o sea, a la totalidad del movimiento franciscano considerado como un carisma dentro de la Iglesia.

Se trata, pues, de interpretar la aparición del franciscanismo en la historia y en la vida de la Iglesia como un don del Espíritu Santo a la misma. En este sentido se tiene que afirmar lo mismo de cualquier Instituto religioso, anterior o posterior a San Francisco. Todos los Fundadores obraron movidos por el Espíritu Santo.

Todos fueron carismáticos en este sentido. la Iglesia aceptó y aprobó sus carismas. Con toda razón el Concilio vaticano II afirma que la profesión de los consejos evangélicos es un don divino que la Iglesia recibió de su Señor.

El carisma de cada Fundador es una inspiración especial, una vocación específica, un espíritu propio, un ideal particular. Esto es lo que explica la diferencia que existe entre unos Institutos y otros.

Ahora nos toca a nosotros, y es lo que pretendemos hacer con estos capítulos: identificar y precisar las características del carisma franciscano.

CUESTIONARIO:

1.- ¿Cómo se explica el olvido en que cayeron los carismas en la teología católica?
2.- ¿Qué es un carisma?
3.- ¿Qué se entiende por carisma franciscano?

Tomado de:
Espiritualidad de San Francisco de Asís
Manual para Laicos Franciscanos
Padre Cornelio Mora OFM
Zapopan, Jalisco
1977
10:18:00 a.m.

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