Cuando el gobierno quiere ser papá y mamá: El doloroso caso de David Parker

Tonia y David Parker, de Lexington, Massachusetts.



Por el Hermano Asno OFS
Fraternidad de la Inmaculada
Concepción de Celaya



El 29 de abril de 2005, el sitio web norteamericano Life Site, que defiende la familia, publicó un artículo cuyo encabezado dice -en una traducción libre- “Padre de niño de 6 años de edad, arrestado por objeción al currículum homosexual en clase de Jardín de Niños”. (https://www.lifesitenews.com/news/father-of-6-year-old-arrested-over-objection-to-homosexual-curriculum-in-ki)



El arresto de David Parker, el padre de familia afectado se realizó el miércoles 27 de abril de 2005 y se precisa en el artículo de esa fecha que Parker, que vive en Lexington, Massachusetts (USA), fue arrestado y pasó un día en la cárcel por “pretender” impedir que su hijo de 5 años fuera pervertido en las sesiones de “orientación sexual” que se imparten en la escuela. Es de notar que el estado de Massachussets reconoce la legalidad de las uniones entre personas del mismo sexo; esta decisión fue tomada por la Corte Suprema del Estado.

El “crimen” de Parker consistió en que, después de agotar todas las instancias legales, pretendió asistir a una de esas sesiones, enterarse de los contenidos y exponer al director del colegio sus objeciones sobre esos contenidos pro-homosexuales. El material está compuesto fundamentalmente por “gráficos y fotos”.

Al entrar al colegio, Parker fue detenido por la policía y pasó la noche en la cárcel con delincuentes comunes. Esposado fue llevado al día siguiente ante el juez que le impuso 1.000 dólares de fianza y la prohibición de acercarse al colegio de su hijo. Sería juzgado el 1 de junio de 2005. El caso Parker llevaba ya varias semanas, y debería convertirse en un caso paradigmático de la lucha por evitar la legalización de las uniones entre homosexuales y por oponerse a la perversión de menores por parte de los gays enquistados en los sistemas educativos.

Parker acudió a todas las autoridades -del colegio y de la ciudad- en materia de educación, para exigir sus derechos reconocidos expresamente por la ley (Parental Notification Act) que contempla expresamente que se debe notificar a los padres de los contenidos de la llamada “educación sexual”, para que ellos autoricen o no a sus hijos a asistir a esas clases o tomen otros recaudos.

La contestación, para quien conoce el lenguaje “progresista”, no extraña. Las autoridades sostienen que esa especie de “introducción a la homosexualidad”, no se trata de “educación sexual”, sino de educación para la salud y para el desarrollo social, dos conocidos eufemismos de la reingeniería social del nuevo orden para evitar hablar de aborto, homosexualismo o anticoncepción.

Después de la respuesta, Parker insistió. En la última nota que Parker y su mujer Tonia, hicieron llegar a las autoridades del colegio y del sistema educativo de la ciudad exponen la violación de su fe cristiana y de la ley natural que suponen estas clases, impartidas además a niños de jardín de infantes, y añaden: “Queremos dejar claro lo dicho anteriormente: No damos permiso al sistema de escuelas públicas de Lexington a tratar con nuestro hijo temas sobre homosexualidad (trans-gender/bisexuales/parejas gays). Esta es una decisión paterna, que no queda sujeta a interpretaciones o políticas administrativas”.

Su reclamo fue rechazado. Harto ya, terminó en la cárcel y estaba a la espera de un juicio, en definitiva acusado de querer impedir que su hijo de 5 años sea pervertido.

Resulta interesante que en los países del mundo, es inadmisible que un menor de edad conduzca un automóvil -aspecto que está consignado en las mismas leyes, poniendo un límite de edad para poder contar con licencia de conducir-, que esté prohibido que se le vendan cigarrillos en tiendas, que se establezcan criterios para las edades en que le es permisible ver cierto tipo de películas por televisión o en los cines y consumir bebidas alcohólicas o que se las vendan, así sea una simple cerveza.

Pero cuando se trata de homosexualidad, transgénero, bisexualidad, parejas gay y situaciones semejantes, entonces las autoridades norteamericanas, como en este caso, lo permiten todo. De esta manera, lo que desde siempre se ha señalado como el derecho de los padres a educar a los hijos como consideren ellos conveniente, y que sería parte de las funciones de la llamada patria potestad, ahora es el estado quien se abroga indebidamente para sí esa autoridad, como en este caso de David Parker, llegando al grado de encarcelar al padre de familia si este no hace lo que el gobierno le manda, asís ea una aberración. Quedan así varias preguntas. ¿Acaso la patria potestad no se caracteriza por la intransmisibilidad, irrenunciabilidad e imprescriptibilidad?

Para quienes no han cumplido con las obligaciones paternas, es evidente que la reducción del poder de los padres viene establecida por las legislaciones, pues la función de la patria potestad tiene como límite el interés superior de los hijos y su beneficio, quedando en manos de los poderes públicos la posibilidad de que, velando por los intereses del menor, priven de la patria potestad a los progenitores. ¿Es interés superior del menor sepa y conozca de homosexualismo?

Imagínese usted, estimado lector ¿Que pensaría que el Supremo Gobierno Norteamericano -”que nunca se equivoca”, diría uno de los actores, el inolvidable “Chelelo”, de la película “La Vida Inútil de Pito Pérez”, interpretada por Ignacio López Tarso-, le dijera que a partir de hoy su nietecito de 6 años de edad o su hijo que está en el kinder va a tener que ver escenas de homosexualismo en el jardín de niños con o sin permiso de usted, y que si usted se opone, va derechito a la cárcel?

Estas realidades que viven los norteamericanos en Massachussets nos llevan a recordar a Calígula, uno de los peores gobernantes que tuvo Roma en el año 41 después de Cristo. Las fuentes supervivientes ofrecen un importante número de historias acerca de Calígula que ilustran su crueldad y su demencia.

Las fuentes contemporáneas, Filón de Alejandría y Séneca el Joven, describen al emperador como un demente irascible, caprichoso, derrochador y enfermo sexual. Se le acusaba de alardear de acostarse con las esposas de sus súbditos, de matar por pura diversión, de provocar una hambruna al gastar demasiado dinero en la construcción de su puente, y de querer erigir una estatua de sí mismo en el Templo de Jerusalén con el objeto de ser adorado por todos.

Fuentes posteriores, entre las que destacan Suetonio y Dion Casio, escribieron relatos que no hacen sino repetir los hechos relatados por autores anteriores y añadir nuevas historias de locura. Se acusó a Calígula de mantener relaciones incestuosas con sus hermanas, Agripina la Menor, Drusila y Julia Livila.  También se dijo que las obligó a prostituirse. Además, estos historiadores le acusan de enviar a algunas tropas a efectuar ejercicios militares absurdos, y de convertir el palacio en un burdel.
Probablemente la historia más famosa es la que cuenta que el emperador quiso nombrar a su caballo, Incitatus, cónsul y sacerdote.

Como burro, pienso que mi pariente Incitatus, hubiera hecho mejor papel que Calígula y que muchos gobernantes, legisladores y jueces que actualmente ordenan de todo, menos en lo que la sociedad realmente quiere y necesita.

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