Aumentan y se recrudecen los atentados por parte del terrorismo islámico

(InfoCatólica) El miércoles Londres volvió a ser víctima del terrorismo. Un auto atropelló a un grupo de personas en el puente Westminster, para después estrellarse contra el Parlamento británico, ataque que dejó cinco muertos y alrededor de 40 heridos.

La policía británica detalló que el atacante nació en Reino Unido y que tenía antecedentes penales. Paralelamente, el «Estado Islámico» revindicó el ataque, por lo que este hecho refleja la evidente amenaza del grupo yihadista en Europa.

Como señaló la policía británica, el terrorista, de nombre Khalid Masud, tenía 52 años, estaba casado y con hijos, nació en Kent y luego vivió en la región de West Midlands. En la ciudad de Birmingham por años ha sido implicado en varios delitos: robos, asaltos, peleas, posesión de armas, delitos contra funcionarios públicos. Pero no se sabía de vínculos con el extremismo violento. En los últimos años se había convertido en «más religioso», participó en las actividades de la mezquita, y - de acuerdo a sus vecinos - se hizo más hosco y silencioso.

El Papa Francisco ha expresado su «profunda tristeza» al pueblo británico por el atentado en Westminster hace dos días. Además, aseguró «la oración y la solidaridad» con las víctimas y sus familias.

Atentado en Nigeria

En otra parte del globo otro atentado tuvo lugar, ahora en Nigeria, en donde al menos ocho personas han muerto en un ataque suicida ocurrido en la noche del miércoles, en Maiduguri, capital del Estado de Borno, en el noreste de Nigeria. En dicho atentado cinco terroristas suicidas se han hecho explotar en el campo para refugiados de Muna Garage cerca de la ciudad.

Este  campamento acoge a cientos de miles de desplazados que huyen de la violencia de Boko Haram, que ya ha cometido más ataques suicidas contra la estructura humanitaria. Por tanto, es probable que este último ataque también haya sido perpetrado por la secta islamista, que a pesar de los fuertes golpes recibidos por el ejército, continúa llevando a cabo ataques para demostrar que no ha sido derrotada.

En su última declaración pública los Obispos nigerianos han advertido sobre la «pérdida de la sacralidad de la vida» y la «difusión, en varias áreas, de milicias étnicas, y de su violencia cada vez más destructivas contra la comunidad».

«Somos testigos del crecimiento de políticas de identidad con nuestra gente que se repliega en su propio origen étnico» han advertido los obispos remarcando que «desde el final de la trágica guerra civil (1967-1970), en ningún momento de la historia de nuestro querido país, la cuestión de la ciudadanía ha sido sometida a una prueba tan dura».

Atentado suicida en Damasco

Recientemente también al menos 39 personas murieron el miércoles de la semana pasada en un atentado suicida contra el Palacio de Justicia, en el centro de Damasco, la capital de Siria. De esas víctimas mortales, al menos 21 eran civiles y el resto miembros de las fuerzas gubernamentales sirias.

Este ataque, cometido por un kamikaze, fue el segundo atentando en golpear la capital siria en cinco días, después de que el sábado 74 personas perdieran la vida en una doble explosión.

El terrorista iba vestido con un uniforme militar y llevaba una ametralladora y una granada. Cuando le dieron el alto en el puesto de control (de la entrada) comenzó a correr, entró en el vestíbulo del Palacio de Justicia y se inmoló.

Atentado suicida fallido en Bangladesh

Por su parte en Bangladesh, otro presunto terrorista murió en la tarde de ayer en el aeropuerto internacional Hazrat Shahjalal de Dacca, en Bangladesh, cuando trataba de ingresar al sector de embarque con una bomba. Según lo que refiere Nur-e-Azam Mia, oficial de policía que se desempeña en la  seguridad, «el artefacto iba atado a su cintura». Él «murió al instante» luego de la explosión del chaleco suicida.

Los primeros datos arrojarían como resultado que existiría un nexo entre el kamikaze y el Estado islámico (EI). En el sitio de internet en idioma árabe Amaq, el grupo yihadista ha afirmado que uno de sus partidarios «llevó a cabo un ataque suicida» en un puesto de control de dicho aeropuerto.

Sin embargo, la policía aclara que no se puede hablar de un «ataque», sino de un hombre que «transportaba una bomba» y que se hizo estallar por los aires. Según otras informaciones, el artefacto era transportado dentro de un «bolso de viaje».

El atacante era un hombre, de aproximadamente 30/32 años, que iba vestido con jeans y camiseta y cuya identidad de momento sigue siendo desconocida. Los agentes recogieron las huellas digitales para tratar de ubicar el nombre del sujeto. 

El gobierno de Dacca afirma que el Estado islámico (EI) no tendría una base organizativa en Bangladesh; para las autoridades, el responsable del tentativo de ataque sería un grupo extremista local de reciente formación (Jama’atul  Mujahideen Bangladesh, JMB) que ha sido proscripto por las autoridades.

Joven musulmán expresa su dolor por los atentados

AsiaNews también recibió una expresión de condolencia por un joven musulmán, Kamel Abderrhamani, ofreciendo su dolor por las familias de las víctimas y se disculpa porque una vez más el terrorismo ha utilizado la religión islámica para difundir la muerte. «Nuestra religión, dice, es tomada como rehén y se utiliza para fines bárbaros y criminales».

«En Londres semataron a los inocentes en mi nombre, como es habitual. Se propaga el mal con el pretexto de una lucha legítima. Pero, ¿cómo matar a los inocentes es una lucha? Todo se confunde, los terroristas me implican en su crimen, asesinan en nombre de mi religión y las familias de las víctimas me acusan de complicidad. ¿Qué debo hacer? Negar mi fe, podría ser una solución. Pero no puedo negar mi fe y mi forma de caminar hacia Dios no excluye la de los demás.

A estos criminales, les digo que no pertenecemos a la misma religión, incluso si dicen que son musulmanes. Mi Dios no acepta que se mate, no acepta que se humille a los inocentes, no acepta el mal. Decir que lo quiere, hacer decir a Dios que quiere eso, pero por favor, no maten a nadie, ya sea en el nombre de mi religión o en nombre de cualquier otra.

Vivamos en armonía, vivamos juntos y evolucionemos con todos los pueblos del mundo. Por encima de todo, dejar de ensuciar la imagen de mi religión, mi cultura, de todo lo que es bello a mi alrededor.

Les presento mis condolencias a las familias de las víctimas y les pido que nos perdonen, nosotros también somos víctimas de la ideología islamista bárbara, que ha secuestrado nuestra religión y lo utiliza para sus fines bárbaros y criminales».

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