(ACI Prensa) El cardenal hizo este llamado ayer, 16 de marzo durante la bendición de la nueva sede del Consejo Nacional de la Orden de los Periodistas en Roma. «No ceder a la tentación del sensacionalismo y de la rapidez a todo costo, que puede traducirse en una objetiva difamación, dañando la dignidad humana que es inviolable», expresó.
El purpurado recordó que «la pasión por el hombre», por la verdad y por la información auténtica en beneficio del interés común, son «el alma verdadera del periodismo». Y por ello, los llamó también a evitar «el riesgo de instrumentalizar las noticias para objetivos moralmente inaceptables».
El periodista, señaló, debe «transmitir un mensaje que sea lo más fiel posible a la realidad, sin manipulación», y que ofrezca un «adecuado espacio a la promoción de lo que une, más que de aquello que divide».
En ese sentido, los alentó más bien a cuidarse de «secundar la lógica que categoriza las buenas noticias en ‘no noticias’. Al contrario, den a conocer cuánto bien se hace en el mundo, porque es necesario construir y echar puentes de diálogo y no ampliar las zanjas de la indiferencia».
El cardenal Parolin también destacó la exigencia de que «la opinión pública tenga a disposición una información completa», que además de los problemas y dramas, «sepa también comunicar las buenas noticias, las compras positivas y las esperanzas que suscitan», evitando así «la sistemática espectacularización del drama, del dolor, del mal, para no caer en la indiferencia, en el cinismo y en una suerte de habituación».
El Secretario de Estado del Vaticano recordó que «los periodistas, de hecho, están al servicio de la comunidad, tienen el deber y la responsabilidad de hacer crecer y madurar una consciencia individual y colectiva en las confrontaciones de las situaciones en los cuales el hombre sufre, marginado y lesionado en su dignidad».
«Ustedes periodistas pueden ser instrumentos de esperanza para el mundo, con su entusiasmo y profesionalidad», concluyó.
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