Abandonarse a Dios y el Rosario: “Armas espirituales” de un sacerdote secuestrado por ISIS

PARÍS, 21 Abr. 17 (ACI).- El P. Jacques Mourad, sacerdote sirio secuestrado por el grupo terrorista Estado Islámico en 2015, aseguró que durante sus “armas espirituales” durante sus 5 meses de cautiverio fueron abandonarse a Dios, confiar en la Virgen María y rezar el Rosario.

El P. Mourad participó en la Noche de los Testigos, un evento organizado en Europa del 23 al 27 de marzo, por la fundación pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN).

“En el camino hacia Al Raqa hacia lo desconocido, una frase que resonaba en mi interior me ayudó a aceptar lo que estaba pasando y abandonarme en el Señor: ‘voy de camino hacia la libertad’. La presencia de la Virgen, nuestra Madre, y la oración del Rosario fueron mi segunda arma espiritual”.

Desde el año 2000, el P. Mourad estaba a cargo de atender a todos los fieles de la parroquia siro-católica de Karyatène, en la Diócesis de Homs, en Siria.

“En Karyatène me secuestraron. El 21 de mayo de 2015, un grupo de hombres enmascarados y armados invadieron el monasterio de Mar Elian, del que soy responsable, y nos tomaron como rehenes a mí y a un postulante”.

Durante cuatro días el sacerdote y el postulante permanecieron dentro de un vehículo en pleno desierto, para luego ser llevados a Al Raqa, capital del territorio ocupado por el Estado Islámico desde 2013.

El sacerdote siro-católico recordó que en el octavo día de cautiverio “un hombre de negro y enmascarado entró en nuestra celda, por llamarla de algún modo. Cuando lo vi me asusté y me dije: ha llegado mi hora”.

“En cambio, para mi gran sorpresa, nos pidió el nombre y nuestra dirección y se dirigió a nosotros con el saludo que les es propio: ‘assalam aleïkoum’, que significa ‘la paz sea con contigo’.  Esta expresión está reservada a los musulmanes y está prohibida para los no musulmanes -pues no hay paz posible con quien no se une a ellos. Además, estos consideran que los cristianos son infieles y herejes, kouffar”.

El P. Mourad tuvo un extenso diálogo con su secuestrador, que parecía intentar “conocernos mejor”.

“Y cuando reuní el valor para preguntarle por la razón de nuestra cautividad, su respuesta me sorprendió: ‘tómatelo como un retiro espiritual’”.

“Permanecimos encerrados en aquel baño durante 84 horas. Casi cada día entraban en mi celda y me interrogaban acerca de mi fe. Viví cada día como si fuera el último, pero permanecí firme. Dios me ha dado dos cosas: el silencio y la amabilidad”, dijo.

Durante su cautiverio, recordó, fue acosado y “me amenazaron varias veces con decapitarme y me sometieron a un simulacro de ejecución para que renegara de mi fe”.

Eventualmente, los extremistas musulmanes le dejaron regresar, junto a unos 250 cristianos secuestrados, a Karyatène.

“Fue un regreso a la vida, pero no a la libertad”, explicó, precisando que seguían controlados por el Estado Islámico, aunque “nos dejaron practicar nuestros ritos, a condición de que no lo hiciéramos de forma visible”.

El 10 de octubre de 2015, con la ayuda de un joven musulmán, logró escapar del territorio controlado por ISIS.

En el evento de ACN, el sacerdote explicó que “esta sed de libertad no es solo la mía, sino la de todo el pueblo sirio”.

“Muchos países europeos y americanos han abierto sus fronteras a los refugiados sirios y los han acogido. Los millares de sirios que han huido de la muerte se han refugiado en esos países porque aspiran a la vida y porque ansían apasionadamente la libertad”.

El sacerdote aseguró que “es el momento de reaccionar contra el miedo a una tercera guerra mundial. Es el momento de una revolución de paz contra la violencia, contra la fabricación de armas, contra los gobiernos que producen motivos de guerras en el mundo y, sobre todo, en Oriente Próximo”.

“Para Europa es el momento de que la comunidad musulmana adopte una posición clara y eficaz frente a la violencia, que aumenta y se propaga. También para ellos, el miedo es un factor paralizante que los frena. Su silencio se convierte en el signo de un acuerdo manifiesto y aparente hacia la violencia que tiene lugar”, dijo.

“Parad esta guerra”, pidió el P. Mourad pidió a las autoridades internacionales, y aseguró que los cristianos que huyeron de la región ocupada por el Estado Islámico “queremos regresar a nuestras ruinas. Tenemos derecho a vivir como todo el mundo. Queremos vivir”.

Para leer el testimonio completo del P. Jacques Mourad, puede ingresar AQUÍ.

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— ACI Prensa (@aciprensa) 14 de abril de 2017
9:47:00 p.m.

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