12:30 – Génova, el Papa a los jóvenes: una vida no como ‘turistas’ sino como ‘misioneros’

(ZENIT, 27 May. 2017).- El papa francisco llegó hacia las 12:30, al santuario de Nuestra Señora de la Guardia, centro de devoción de los genoveses, para tener un encuentro con los jóvenes.

El Santo Padre llegó en medio de las manifestaciones de alegría que los jóvenes y una vez entrado en el santuario, les invito a rezar a la Virgen de la Guardia, “en silencio a decirle cada uno lo que siente en el corazón. Ella es nuestra mamá, la madre de Jesús, nuestra madre. Cada uno en silencio le diga lo que siente en el corazón”, dijo.

Después rezo una breve oración: “Ho Virgen gloriosa y bendita, Madre de Dios María Santísima, nosotros nos confiamos a tu guardia potente y amorosa. Escucha nuestras confiada oración, socórrenos en todas nuestras necesidad y líbranos de todos los peligros, sobre todo del de caer en el pecado, amén”.

Respondió así a las preguntas que le hicieron varios jóvenes. Iniciando con un “Buon giorno”… Sobre el tema de hacer misión, les habló de la alegría del Evangelio, “alegría, que no es lo mismo que divertirse, es alegría pero no superficial, porque nace del corazón”.

“Nos alegramos cuando las cosas van bien, esto es bueno”, pero hay otra cosa que hay en nuestra vida “ser misioneros nos lleva a mirar, con ojos nuevos, la ciudad, la vida, nuestra familia y lo que nos rodea”. Porque la experiencia misionera “nos abre los ojos y el corazón”. Así dejamos de ser ‘turistas de la vida’, para volvernos hombres y mujeres que aman, o que están comprometidos con la vida”.

El turista hace selfies de todo y no sabe mirar. Una cosas es mirar la fotografía en casa y otra es observar la realidad. El riesgo de “mirar la vida con la mirada de turistas”, con superficialidad.

Y les exhortó: “Pasen a una actitud de jóvenes que tiene un compromiso serio con la vida”, porque si no miramos su corazón acabamos por no verlos. Porque si la hipocresía en los adultos es fea, pero en los jóvenes es un suicidio, indicó. Sin olvidar que los misioneros antes son ‘misionados’ por Jesús.

La misión ayuda a no ser cátaros, nos purifica de pensar que hay una Iglesia de los puros y de los impuros. Todos somos pecadores y necesitamos el anuncio de Cristo, Y cuando misiono si no entiendo que vale también para mí, corro este riesgo.

Sobre cómo ayudar a los jóvenes con problemas de droga y otros, el Papa señaló que se puede hacer queriéndolos, con amor, amándolos. Tener un corazón capaz de amar y ayudarlos a amar. Les confió que le gusta preguntar a la gente en el confesionario, si da limosna, si toca su mano, y si los mira a los ojos.

“Amar es la capacidad de apretar la mano sucia, de mirar los ojos en situación de degrado y decir; para mí tu eres Jesús”, y si no logras esto mejor quedarse en casa a rezar que ir a hacer misión.

¿Por qué tengo que amar a estas personas, víctimas de droga, alcohol, violencia, del maligno? Hay que ser testarudo en la confianza. En cada una de estas personas hay una imagen de Dios que ha sido maltratada, pisoteada, una historia de dolor y heridas que no pedemos ignorar. Esta es la locura de la fe, la locura de la cruz, del anuncio del Evangelio. “Esto significa aprender a mirar con los ojos de Jesús”.

El Pontífice contó que una vez visitando una cárcel en Argentina, había uno que tenía en su cuenta más de 50 asesinatos. Y pensó, ¿tú eres Jesús? Lo dijo el Evangelio, es necesario esta locura de la cruz. Jesús no es un curandero,

Alguno quizás está en pecado mortal, lejos, pero “Jesús está allí esperándome”. Así “voy sabiendo que toco, veo, y escucho a Jesús que está en el corazón de cada uno de aquellos a quienes voy a ayudar”. Si no fuera porque el Señor me tomó de su mano sería yo también un drogadicto. “Por favor no adjetiven a las personas”, exhortó. Voy a llevar un mensaje a gente “con nombre, no con adjetivos”. Porque “los adjetivos los pondrá Dios en el día del Juicio”.

Recordándoles a Cristóbal Colón que nació en Génova les indicó: “horizonte y coraje”.  Por ello les invitó delante de las nuevas tecnologías, a no aceptar todo lo que le ponen delante, no ‘comer’ todo lo que le sirven en el plato.

Les invitó delante de las cosas a interrogarse si ¿esto es normal o no es normal, los desplazamientos, los migrantes, que el Mediterráneo sea un cementerio? Si no es normal tengo que involucrarme para que esto no suceda. ¿Es normal cerrar las puertas delante de quien necesita?

Porque es Jesús quien nos siembra estas preguntas. “Y esto es hermoso”. “Yo hoy parto y dejo esta semilla, o como se dice en mi tierra les tiro en guante en la cara, ustedes verán”. Y concluyó con una oración: “Señor Jesús por favor hoy no dejes de desafiarme, de importunarme un poco y dame el coraje de poder responder”.

6:45:00 a.m.

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