“Sigo con preocupación las graves tensiones y violencia en estos últimos días en Jerusalén. Siento la necesidad de expresar un sincero llamado a la moderación y al diálogo”, señaló el Pontífice.
A continuación, el Santo Padre animó a los presentes en la Plaza de San Pedro a “unirse a mí en la oración con el objetivo de que el Señor inspire a todos propósitos de reconciliación y de paz”.
Desde el viernes 21, la violencia se ha extendido por la ciudad vieja de Jerusalén y los territorios palestinos tras la decisión de la policía de Israel de incrementar las medidas de control de acceso a la explanada de las mezquitas con la instalación de arcos de seguridad.
Esta medida, que se produjo como consecuencia del asesinato de dos agentes israelíes tras un tiroteo en uno de los accesos al lugar sagrado, se sumó a la decisión de cerrar la entrada al recinto donde se encuentra la mezquita de Al Aqsa (el tercer lugar sagrado más importante para los musulmanes) a todos los hombres mayores de 50 años.
Sin embargo, estas medidas preventivas no lograron el resultado esperado y provocó una serie de protestas violentas en los territorios palestinos que han enfrentado a ciudadanos palestinos con colonos y policías israelíes. En dichos enfrentamientos, 3 jóvenes palestinos han perdido la vida.
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— ACI Prensa (@aciprensa) 23 de julio de 2017
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