EL LLAMADO “TERCER SEXO” Y AUSTRIA.


EL LLAMADO “TERCER SEXO” Y AUSTRIA.
Los antecedentes europeos y americanos no abonan tal postura

Por Carlos Alvarez Cozzi



I)                   AUSTRIA VA HACIA EL SEXO NEUTRO.
Austria, siguiendo el ejemplo de Alemania y Holanda, introdujo la posibilidad del “tercer sexo” en sus documentos y certificados oficiales. La luz verde fue dada por una reciente sentencia del Tribunal Constitucional austriaco que, invocando el artículo 8 de la Convención europea de los derechos humanos, reconoció “el derecho a la identidad de género individual”. Con dicha decisión, los jueces del Tribunal Constitucional sancionaron por lo tanto que, de ahora en más, la ley deberá admitir un género sexual alternativo al género masculino y femenino, si bien no esté aún claro cómo será efectivamente registrado el nuevo “tercer sexo” que se asignará a los ciudadanos austriacos “inseguros” sobre su propia preferencia sexual: un inédito estado “diverso”, “intermedio” u “otro” en su propio estado civil. (https://adelantelafe.com/austria-introduce-el-tercer-sexo/)
Conforme informó la prensa local, la decisión fue la consecuencia de una larga y obstinada batalla legal llevada adelante por Alex Juergen, el activista a favor de los “derechos” del tercer sexo.
Históricamente, el primero a teorizar acerca de la existencia de un “tercer sexo”, entendido como “sexo intermedio” y posteriores inclinaciones sexuales, fue el jurista alemán Karl Heinrich Ulrichs (1825-1895), considerado el primer sodomita de la historia a hacer “coming out”, a cuya memoria la Asociación Internacional de Gays y Lesbianas (ILGA) dedicó un premio anual: el “Karl Heinrich Ulrichs Award”. En una serie de libros, publicados entre 1864 y 1879, Ulrichs, con el objeto de justificar su reclamo de abolir las leyes de la época que vetaban el acto contra natura, intentó presentar de hecho la condición homosexual como una particular inclinación, innata y natural. Sus teorías biológicas sobre el innatismo homosexual, sin embargo, no encontraron un consenso unánime ni siquiera en el interior del mismo movimiento homosexual, pero de hecho fueron además en su mayor parte desacreditadas por causa de su intrínseca debilidad, debida a la insuperable dificultad de individualizar el así llamado gen homosexual. De acuerdo con un activista gay como Massimo Consoli (1945-2007) se trataba, de hecho, de una batalla perdida de entrada que no valía la pena librar. En este sentido, él afirmaba que compartía más bien la visión individualista de John Henry Mackay (1864-1933), el anarquista alemán que se autodefinía como un “amante de los adolescentes”, según el cual “en definitiva, solo cada persona entiende el propio amor, y todos los demás son para él extraños e incomprensibles”. Una interpretación de la homosexualidad, fruto de una decisión subjetiva, entendida como acto revolucionario, liberador de opresiones socio-culturales en las confrontaciones de todo tipo, más acorde con el moderno “diktat de género”.
En esa perspectiva, el “tercer sexo” que acaba de ser admitido por el Tribunal Constitucional de Austria no es el “innato” teorizado por Ulrichs, sino el revolucionario propugnado por Mackay. La sentencia de los jueces de Viena representa, de hecho, un homenaje a los actuales preceptos relativistas de sexualidad que, negando la natural distinción binaria varón/mujer, abre las puertas a una fantasiosa e indefinida tercera alternativa sexual, emblemáticamente encarnada en el paladín austriaco de los “derechos” LGBT, Thomas Neuwirth, alias la “mujer barbuda” Conchita Wrust.
En este sentido, el “tercer sexo” así entendido representa, en realidad, un “no sexo” en cuanto constituye, de hecho, el rechazo a una “rígida” y “limitada” etiqueta sexual a efectos de poder atribuirse, de vez en cuando, el “género” deseado según el gusto y el deseo del momento. La última frontera del sexo es por lo tanto la perenne fluidez, es decir, el no tener fronteras ni barreras de ningún tipo. La introducción de la tercera opción sexual simboliza, en fin, la dramática y profunda crisis del hombre contemporáneo, atrapado por el dogma relativista, que, viendo poner en duda incluso la propia identidad, no sabiendo más quién es, ve hacerse añicos también su última certeza elemental. (https://adelantelafe.com/austria-introduce-el-tercer-sexo/)
II) ANTECEDENTES:
Al respecto bien vale recordar sentencias europea y canadiense recientes que contradicen esta posición de Austria y que comentamos en trabajos publicados por nosotros hace algún tiempo. (http://www.forumlibertas.com/fallo-historico-la-corte-casacion-francia/)

I)                   FRANCIA.
En este caso de Francia, la Corte de Casación de la República Francesa fue muy clara en cuanto a que no es dable admitir para el Derecho francés, organizado sobre la base de la distinción sexual en el Código Civil, otro tipo de sexos diferente al masculino y femenino.
EL CASO: 
Las tres instancias del mismo. El demandante, un psicoterapeuta de 65 años, había presentado la solicitud en 2015 ante el juzgado de Tours, que le había dado la razón en su demanda de ser reconocido como de sexo neutro. Sin embargo, el Tribunal de Apelación de Orleans revocó la decisión considerando que este reconocimiento “al amparo de una sola rectificación de un estado civil” implicaría “la existencia de otra categoría sexual”.
El caso llegó a la Corte de Casación, máximo órgano judicial de Francia, que determinó que la distinción entre varón y mujer es “necesaria para la organización social y jurídica, de la cual es una piedra angular”, y que el reconocimiento de un género neutro tendría “profundas repercusiones en las reglas del derecho francés” que requieren cambios legislativos, según informó AFP.
Consigna el fallo que el demandante fue asignado al sexo masculino al nacer a pesar de tener genitales intersexuales. Gaetan Schmitt, seudónimo utilizado para guardar la intimidad del demandante, está casado con una mujer y tiene un hijo adoptivo, pero afirma que no es ni hombre ni mujer.
El abogado de Schmitt, Bertrand Périer, calificó el fallo de la Corte como una “oportunidad perdida”, en una entrevista con The New York Times. “No veo por qué la organización social o jurídica de Francia necesitaría un binarismo de género”. Périer dijo que Schmitt fue criado como un niño porque su madre quería un hijo. “Gaetan no es ni un hombre ni una mujer, no se siente hombre o mujer, no puede convertirse en hombre o mujer, y no quiere convertirse en hombre o mujer”, dijo Périer, refiriéndose a Schmitt con un plural pronombre.
Vea el lector que situación peculiar para el Derecho Civil, en lo que atañe a la identidad de la persona y al estado civil de la misma, en lo atinente al Derecho de Familia. Se trata de una persona que alega ser de sexo neutro, es decir, ni masculino ni femenino. Tampoco se trata de un bisexual ni de un intersexual o transexual.

Y en nuestro trabajo afirmamos: “Hay toda una corriente, sobre todo en Europa, que incluye lo semántico y que pretende la utilización de vocablos neutros, es decir asexuados, así como distintas iniciativas hasta legales de no mencionar en las normas los conceptos de padre y madre sino progenitor A y progenitor B, y hasta de eliminar las fechas alusivas al día del padre y de la madre! A que límite hemos llegado!!!”
Que pretendía en este casos el demandante? Que se le reconociera por parte del Estado y del Derecho franceses su calidad de persona de sexo neutro, lo cual lógicamente supondría, como expresa el fallo de la Corte de Casación, trastocar el estado civil, que es de orden público, y también la identidad de la persona. Naturalmente con repercusiones también en el Derecho de la Filiación y Sucesorio.
No podrá decirse que Francia es un país precisamente conservador y véase con que acierto se deniega la solicitud atendiendo a razones y fundamentos muy sólidos, basados en principios no modificables del Derecho francés, por lo menos con su actual estructura.
En la sentencia se expresa claramente que “para el Derecho francés la distinción entre los sexos masculino y femenino es necesaria para la organización social y jurídica, de la cual es una piedra angular”. Y que de ampararse la demanda, reconociendo un sexo neutro, ello tendría profundas repercusiones en las reglas del Derecho francés”.
Celebramos tan clara sentencia, que sin dudas generará jurisprudencia que deberán observar los tribunales inferiores de la República Francesa en estos temas.
II)                CANADÁ.
Y posteriormente, otro caso, mereció también un fallo histórico. (http://www.forumlibertas.com/sexo-neutro-indefinido-noticia/).
Se trató de Canadá. En que un padre adoptante definido como de sexo neutro o queer, pretendió inscribir a su hijo de igual forma y la Justicia de Canadá, fundadamente se lo negó.

EL CASO:
Esta semana nos enteramos por la prensa que un tal Kori Doty vive en Canadá como “una persona transexual no binaria” Y que ahora desató una pelea legal en ese país porque quiere que su hijo/a no tenga un género definido en su documento de identidad. Pretende que el/ella lo decida en el futuro. El hijo Searyl Atli comenzó hace ocho meses, al nacer en la casa de un amigo de su padre/madre en la provincia de Columbia Británica. Desde ese instante Doty acciona legalmente para que cambien el “género” de su hijo/a a “indefinido” en los registros estatales.
El extravío de este militante transexual de género llega al punto de afirmar que “estoy criando a Searyl de tal manera que hasta que no crezca y tenga el sentido de sí mismo/a y domine el vocabulario para decirme qué es, lo/la reconozco como un bebe/a y trato de darle todo mi amor y apoyo para que sea la persona más completa que pueda ser, fuera de la restricción que viene en la etiqueta “chico” o “chica”, explicó Doty a la cadena de noticias CBS”.
Esta persona prefiere que para llamar a su vástago se use el pronombre “they”, que en inglés significa ellos, pero no distingue sexo.
La noticia da cuenta de que la provincia de Columbia Británica de Canadá se niega a emitir una partida de nacimiento para Searyl que no indique su sexo, incluso habiendo permitido que su credencial social tenga la “U” de “undetermined”, a fin de que pueda acceder al servicio médico.
Este bebé tiene sexo definido, aunque su padre se niegue a reconocerlo, por lo que es lógico que no le admitan que su partida de nacimiento diga que el mismo tiene sexo indefinido.
Doty, activista de “Gender Free ID Coalition”, no está satisfecho con la situación y llevó el caso ante la Justicia de su país la iniciativa de no incluir ningún tipo de “etiqueta” de sexo sobre los recién nacidos.
III)             CONCLUSION.
La conclusión que podemos sacar es que en Europa, no existen posiciones unánimes al respecto. Es claro que el Convenio de Europa de Derechos Humanos no obliga a los Estados parte a reconocer el matrimonio homosexual, como ya lo declaró varias veces la Corte Europea de Estrasburgo, siendo un tema de soberanía de cada Estado, así como tampoco el reconocimiento de la existencia del llamado “sexo neutro” o indefinido.
Y asimismo, tampoco existe unanimidad con el tema del sexo neutro en Canadá y el resto de las Américas.
Alentamos a que los parlamentos y los poderes judiciales mantengan la cordura y se respete la ley natural.

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