(Asia News) Tal y como informa la familia, otros tres estudiantes abordaron a Rind, le rompieron las piernas y los brazos y luego lo tiraron por una ventana desde el tercer piso de un edificio. La policía investiga el homicidio y dice que arrestó a dos personas pero todavía no se ha oficializado el arresto. En las redes sociales se comenta que los dos asesinos se llaman Ahsan y Waqas. Se teme que se podría archivar el caso como un episodio de blasfemia, dando inmunidad a los asesinos.
Activistas por los derechos humanos han expresado su preocupación por estos episodios e invitan al gobierno a entregar los culpables a la justicia. Advierten que hasta que las autoridades no castiguen de modo ejemplar a las personas que cometen tales atrocidades, nadie aprenderá:
«Esto sucederá de nuevo y continuará sucediendo, porque aquí las personas pueden salirse con la suya, escondiéndose detrás de los motivos religiosos. Si hubiésemos llevado al tribunal a los asesinos de Marshal Khan y los hubiésemos castigado, este joven quizás no hubiese muerto».
Hablando con AsiaNews, el activista por los derechos humanos Rojar Noor Alam declara:
«Otro día triste en la Tierra de los Puros (Pakistán) donde otro joven estudiante de talento fue asesinado, con la excusa de la ley sobre la blasfemia, para regular asuntos personales. Esto demuestra cuán peligroso es vivir en Pakistán, donde cualquier persona puede matar a otro joven por motivos privados».
Y añade:
«Los legisladores deben examinar el caso porque se está volviendo realmente peligroso, no sólo para las minorías religiosas sino también para los musulmanes, vivir bajo la sombra de esta ley negra. Las autoridades deben darse cuenta que hemos de entregar a las futuras generaciones un ambiente sano y seguro en el cual los jóvenes no sólo puedan pensar, sino también hablar. Los padres no están criando a sus propios hijos para permitir a los fanáticos poder matarlos. ¡Este es un punto sobre el cual hay que reflexionar!»
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