‘Creo que Dios me está dando fuerzas. Para los creyentes es más fácil: como cruzar una puerta’




(Pedro Simn/El Mundo)A lo largo de dos semanas, este peridico ha recabado el testimonio de Antonio Segura Cabral, un enfermo terminal en cuidados paliativos que saba que se estaba muriendo y decidi romper un tab: el de hablar de la muerte en Espaa.


No busquen lgrimas en su relato. Ni escenas de agona. Ni estertores ntimos. Slo a un hombre incalculable. Desgranando un testamento tico por vez primera en un peridico.



  • Nos vemos el lunes, Antonio?


  • Yo creo que no.


  • Bueno, te llamo antes de venir.


  • Noto el deterioro de un da para otro, de la maana a la tarde, de una hora a otra... Supongo que me sedarn. Les dije que lo nico que me preocupaba era morir con sensacin de asfixia. Me han dicho que no sentir nada. O sea, que estoy tranquilo.


  • En qu piensas ahora?


  • En la suerte que tengo... Espero que a alguna persona le sirva todo lo que te voy a contar.



Antonio falleci en paz el pasado domingo a las 18.10 horas, despus de cinco largas tardes de conversacin. Este cronista recuerda la suavidad del ltimo beso. Tambin cmo de fuerte da la mano un hombre que sabe que no te ver ms.



  • Sigo sin entenderlo.


  • Es muy sencillo. De alguna manera te rindes. No se siente miedo. Ni angustia. La muerte es lo ms natural de la vida. Hay que irse sin traumas. No quiero dramatizaciones entre los mos. Sino que recuerden lo positivo.



Esta es la vida explicada por l pero sin l.


Martes 11 de noviembre


Hospital Centro de Cuidados Laguna. Madrid. Planta primera. Habitacin 113. Nada ms entrar a la derecha, Antonio est sentado en la cama en un ngulo de 45 grados, semiincorporado, como uno de esos heridos de las pelculas. Por la ventana hay un sol de postal de otoo que destila una luz de melocotn.


El paciente es una extraa mezcla de fragilidad y de resistencia. Pilar, su esposa -sin la cual no se explicara Antonio-, hace las presentaciones y nos deja a solas. Al periodista le llama la atencin uno de los objetos y lo coge. El paciente bromea y se disculpa: tiene prensa de la competencia en la mesa.



  • Mralo por el lado bueno: se le va a morir un lector al ABC. Y no a vosotros.



Remos. Antonio, con el sonido de un motor gastado.Eso ser una constante durante todos estos das: la risa ahogada de Antonio, como esas salvas de confeti que no dejan ver las nubes.


El puntito. Todo empez cuando vi el puntito en la placa. Llevaba tiempo encontrndome muy cansado, con sntomas extraos, sin apetito, me daban tiritonas. En abril de 2013 me mandaron unas pruebas y all estaba el puntito. Me sent frente al mdico y le dije que fuera al grano, que no me viniera con historias. As supe lo que tena: cncer.


Y entonces hablamos de cuando naci en Olivenza y de sus paseos en bici por Salamanca con su hermano detrs, de cmo se cas con la mujer de su vida en los 70 y de su carrera de ingeniero naval, de su estancia en Bilbao y del puerto refugio de los hijos.


No hay marejada ni tormenta en Antonio. Sorbito a sorbito, se va tomando el zumo. Y se bebe la vida.



  • No te lo terminas?


  • No.


  • Si quieres ms te lo acerco.


  • Ya me lo cojo, no te preocupes.


  • Vale.


  • Hay que hacerme de todo. Pelarme la fruta, asearme, sacarme a pasear, llevarme al bao... En slo una semana he notado que la curva va hacia abajo rpidamente. Pero por alguna extraa circunstancia me lo estoy tomando con deportividad. A m me ayuda muchsimo la fe: estoy muy esperanzado con que, cuando esto acabe, me voy a encontrar con algo plenamente satisfactorio. Creo que Dios me est dando fuerzas. Para los creyentes es ms fcil: como cruzar una puerta. Pensaba que iba a tener miedo, pero no. Pensaba que iba a estar enfebrecido con la angustia, pero tampoco... He elegido no aislarme. Sino disfrutar de todo y de todos: de la familia, de los amigos, de esta conversacin... Cuando termina el da, acabo agotado de vivir. Pero me encuentro mejor que nunca. No me duele nada. Siento mucha paz.



La mquina del oxgeno burbujea como un guiso a fuego lento. La morfina no hace ruido, pero entra en su torrente sanguneo cada cuatro horas. Las manos enjutas de Antonio son sarmientos vivsimos. Sealan algo. Entonces viene un prolongado silencio.



  • Qu miras?


  • Cmo es posible que est murindome y disfrute tanto de esta luz y de estos rboles?


  • Ya -sonremos con l-.


  • Dime t, por qu tiene uno que estar murindose para disfrutar de esto? No fastidies... No fastidies.



Mircoles 12 de noviembre


No me gusta ser sensiblero, pero hoy me he despertado a las 5.40 y me he sentado en la cama a ver a mi hijo Javier, que dorma en el sof-cama de al lado. A oscuras. Le he estado mirando una hora.


El tiempo se escurre entre los dedos. El tiempo tiene una connotacin distinta con Antonio, donde reloj son cinco letras sin sentido. El tiempo es una ola que viene y te derrumba el castillo de arena que has estado horas levantando. Siempre el tiempo. Dice Antonio que le falta tiempo. Que l nunca ha sido de madrugar y que ahora s. Al alba, con las primeras luces, se encienden sus ojos.


En el verano empezamos con nuevas sesiones de quimio porque la mancha haba crecido. Notaba que iba a peor. Me fui a ver a la doctora: ‘Blanca, yo no pongo objecin a nada. Pero si hay muy pocas posibilidades yo no quiero este final’. Ella se sinti aliviada: ‘Pues s, en este momento la quimio te va a hacer ms dao que bien. Se acab la quimio’. Y desde entonces ya supe que empezaba el final. Aqu llegu a ltimos de octubre. No vienes a curarte. Sino a lo ms difcil de todo: a morir.


Pilar le dice que sonra para la fotografa, que est ms guapo cuando lo hace: tiene que renovar el DNI en breve y la almohada blanca hace las veces de fondo de fotomatn.



  • No te gustan las fotos, eh.


  • Me han dado la cita para el carn de identidad el 4 de diciembre y ni siquiera s si estar vivo entonces.



Hoy no ha abierto la biografa de Isabel La Catlica que se est leyendo. A primera hora ha venido su hermano, Jos Mara, con quien deletre la infancia y el mundo. A una enfermera le dice que tienen un baile pendiente. Ha tomado unas notas. Estrena pijama.


Ya nadie se asusta cuando me oye hablar as. Decir que estoy disfrutando. Encarar la muerte como si no fuera algo prohibido. Porque a lo mejor maana no estoy, pero me estis regalando momentazos increbles. Creo que perdemos el tiempo con tonteras. De verdad. He empezado a pedir perdn a todos los que me rodean. Me indigno con cosas que he hecho mal. Vivir es menos complicado de lo que pensamos. Tambin morir. Una cosa tengo clara: no s cmo nunca nos podemos creer ms que los dems, si no somos nadie.


Hay quien dice que somos lo que hacemos; otros, que somos lo que leemos. Si somos conforme a los objetos que nos rodean, Antonio es una agenda, una linterna, un frasco de colonia, un abanico, los retratos de los nietos, una imagen de la virgen, un libro y un barquito de papel que su amigo Luis, ingeniero naval, le ha regalado a este nio de 69 aos.



  • Algn objeto ms?


  • Bueno, tengo una botellita de vino de La Rioja ah guardada -sonre, sonremos, otra vez el confeti de Antonio-. Cuando puedo, me tomo un dedito para comer, slo un dedito. Hay que conservar los placeres que pueda hasta el final. Quieres un poco?



Al final brindamos. Hasta la borrachera brindamos.Con agua.


Jueves 13 de noviembre


En La 2 hoy han puesto un documental de los osos polares con el que Antonio se ha puesto a hibernar un rato, como el plantgrado de la televisin. La siesta, que antes era una hereja, ahora es un narctico y una liturgia.


Les digo que esto se acaba. Lo noto. Me han dicho que no ser una asfixia agnica, sino un trnsito suave. No sentir nada. Tendr tantos frmacos paliativos que el cuerpo no responder. Todos los papeles estn ms o menos arreglados. Lo que tengo que hacer ahora es gozar de todo.


Gozar del amigo de la planta de arriba, al que va a visitar cuando puede. El hombre se emociona mucho. Y eso que pareca que era yo el que iba a durar menos. Estamos donde estamos. Y eso hay que asumirlo.


Gozar de la memoria. El colegio de los maristas estaba en la otra punta de Salamanca. Cada dos por tres mi hermano y yo hacamos barrabasadas. Te cuento algunas....


Gozar de las visitas y de las despedidas: Cada da es una sorpresa. Hoy me ha llamado el ministro Pedro Morens, con quien trabaj un tiempo, que se ha enterado de lo mo.


Gozar de los cinco sentidos: Todava mantengo el apetito, pero me estoy frenando, porque cada vez tengo ms problemas para ir al bao. Cada cosa que como es como si me hubiera tragado una vaca.


Gozar de esta charla: Ya te vas?.


Antonio tiene ms dificultades al respirar. Como esos ciclistas cabeceantes que a medida que ganan altura pierden pie. Pero aprieta los dientes y da pedales.


Hace ya 10 das, cuando se encontraba ostensiblemente mejor, la doctora le mir a los ojos y le hizo una pregunta definitiva: Antonio, tienes que volver a casa por algo? Es indispensable que regreses para alguna cosa? Dnoslo ahora.


Le contest que no... Entonces ya sabes por dnde va la pregunta. Suceder aqu. Est bien: necesito que sepan mil veces lo bien que me encuentro, lo feliz que soy.


Pilar nos acompaa hasta el ascensor. Y nos habla de los nietos. Y de qu buen paciente es Antonio, que nunca quiere molestar. Y a Pilar no le da la gana de llorar, sino de rer. Y recibe un beso -bienintencionado y paliativo- que a buen seguro no palia nada. Y habla como si ella diera nimos al visitante y no al revs. Qu cosas. Por qu ser que ninguna revista saca jams a una mujer tan relevante como ella en su portada.


Martes 18 de noviembre



  • Cmo ests hoy, Antonio?


  • Se me va la vida. Noto que se me va. Pero de nimo sigo relativamente bien. Tanto que a veces me pregunto: Y no ser un insensato?.


  • Qu tal ha ido el fin de semana?


  • Ha sido muy malo. No poda con nada. Ahora me encuentro mejor. Siempre que amanece me digo: aqu empieza otro da. A ver si lo termino.


  • Quieres que hablemos?


  • Claro que quiero.



Entre el sbado y domingo apenas ha comido media croqueta y algo de fruta. Calcula que ha perdido ocho kilos en esta ltima etapa, pero nunca se ha sentido tan pleno. Antonio se alimenta de abrazos. Abrazos grandes y calientes, esfricos, como tortas de pan recin hechas.


Un corazn con miga. Soy un privilegiado. Hay mucha gente en circunstancias ms jodidas que yo. Aqu hay una paciente joven, con tres criaturas, se va a casar en paliativos. Yo la he visto aqu con los nios haciendo los deberes. Ella no ha cerrado su vida, pero yo ya la he cumplido... S, he sido un privilegiado. He vivido bien. Tengo tres hijos maravillosos que me adoran. Una mujer increble. En este hospital me han tratado con gran generosidad. Todo eso me reconforta, me tranquiliza.


Antes de entrar, Pilar nos advierte: Este fin de semana han muerto cuatro. Pero Antonio no lo sabe. No le digis nada para que no se disguste.


Nada ms entrar, Antonio nos aclara: Sabes? Este fin de semana han muerto cuatro... Pero es que el fin de semana anterior murieron nueve. Nacemos para morir. El que no entienda eso no entiende nada.


Viernes 21 de noviembre


Hay una quietud de portazo recin dado en el pasillo segn avanzamos. Y algo heroico en el hombre que nos recibe a pesar de todo. Incorporndose en un esfuerzo pico. Hace tres das que no venimos, pero parecen tres semanas.



  • Tenemos 10 minutos.


  • Lo que mandes.



Hoy le he dicho a Pili que me limite las visitas. Antonio toma aire, respira con dificultad, pide tiempo muerto. Slo visitas de mis hijos, de mis nietos, de mi hermano... y las tuyas. Porque me he comprometido y quiero contarte lo ms posible.


Cuando uno ya crea haberlo visto todo en el ejemplo incalculable del hombre que se muere, Antonio se preocupa por un problema de salud (nada serio) de quien tiene delante.He pedido que me bajen la morfina. Porque me genera como una especie de ensoacin que no me deja pensar con lucidez y tengo la sensacin de que me quita la poca fuerza que tengo.


Naci un 4 de noviembre de 1945. Su padre era militar y qumico y su madre trabajaba en casa. Jugaba a los coches con su hermano Jos Mara. Su boda fue en 1973 y las fotos se velaron. Est orgulloso de la educacin humanista de sus hijos. Pilar ha sido el motor de todo. Ser abuelo es volver a nacer... Uno estara toda la vida tomando notas como stas.



  • He cumplido un ciclo. Estoy a punto de empezar otro. Y voy muy sereno.


  • Vendr el martes.


  • Muy bien.



Siempre nos estrechamos las manos en la despedida. Apretando como el que quiere traspasar al otro. Mirndonos a los ojos con entusiasmo. No s por qu hoy nos hemos dado un beso.


Domingo 23 de noviembre


Antonio falleci en su cama del Hospital Centro de Cuidados Laguna sin crispacin aparente y en completa calma. Fue el domingo, 23 de noviembre, pasadas las seis de la tarde.


El lunes, sobre el tanatorio de Las Rozas, luce un sol de septiembre. En la sala 4, casi nadie se atreve a llorar, porque al fin y al cabo estamos hablando de Antonio, que nos dej todo esto dicho.


Me gustara que me recordaran como una buena persona, leal, que puso empeo en dar. (...) No quiero dramatizaciones. Ausencia es una palabra muy relativa. Yo andar por ah.


(...)


Nos quedaron pendientes varios temas, recuerdas? Uno de ellos: al final no te hice cambiar de peridico.


Espero haber puesto todo lo que me contaste, Antonio. Espero haber sido fiel a tus ltimas tardes. Espero que tu testimonio les sirva de algo -como t queras- a los que saben que no hay vuelta atrs.


Pocas cosas tienen tanto sentido en esta profesin como haberte conocido. En cualquier caso, no olvides algo: all donde ests, me debes un vino.








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