AMÉRICA/COLOMBIA -Todos los obispos comprometidos con guiar al pueblo colombiano “por el camino de la auténtica paz”



Bogotá – “El pueblo colombiano esta deseoso de paz, de mucha paz, pero no logramos todavía encontrar el camino. Todos los obispos de Colombia, estamos en el empeño de conducir a nuestras gentes a nuestros pueblo por el camino de la verdadera paz que es la paz que nos promete Cristo, la paz del Evangelio”. Así lo explica a la Agencia Fides monseñor Mario de Jesús Álvarez Gómez, desde febrero obispo de Istmina-Tadó, que desde el 2010 cubre el encargo de Director Nacional de las Obras Misionales Pontificias . “Y estamos en esta lucha, en este gran esfuerzo, nada fácil, porque también dentro de la iglesia muchos sacerdotes se han sentido comprometidos en esta acción y han sido inclusive asesinados y muchas comunidades han sido desplazadas y perseguidas a raíz de sus convicciones religiosas, pero seguimos adelante con la convicción que unicamente de la mano de Cristo y con el evangelio podremos salir de esta situación”.

Entre las zonas geográficas que todavía sufren la violencia y la falta de paz, el obispo cita Catatumbo, una región colombiana situada en el noroeste, en la frontera con Venezuela que “ha sido un polvorín desde tiempo atrás. Porque el grupo insurgente ELN, desde sus orígenes allá por el año 1964, se asentó particularmente allí. Es una zona rica que comparte con Venezuela la riqueza de petroleo y eso ha sido el caldo de cultivo para alimentar allí una gran violencia, una guerra. Y el ELN ha sido un grupo insurgente que a lo largo de la historia se ha caracterizado por explotar tantísimas veces los oleoductos, y llevar el petroleo de esta zona hasta el caribe colombiano. Es un trayecto bastante largo y este grupo constantemente lo explota para manifestar su rechazo a las multinacionales que, según ellos, vienen a explotar el país, se llevan la riqueza y nos dejan solo la pobreza y la corrupción. En esta zona, unida a otras como el occidente del país, la región del Choco y la costa pacífica también esta este grupo insurgente, combinado con otra forma de violencia en la que también entra el narcotráfico y a donde han llegado algunos que ante la desaparición de las FARC buscaron su espacio y entraron en el ELN o constituyeron otros grupos llamados las Bacrim , este es otra zona difícil del país”, explica el obispo que lamenta que este fenómeno también se dé en el sur del país. “Son zonas que tradicionalmente estaban dominadas por las FARC pero ahora sufren una combinación de luchas que hacen que aun en Colombia, en este momento, a pesar de la firma de paz, persista todavía mucho ambiente de violencia, de guerra, de fastidio contra cualquier forma institucional que se vea como inclinada a los poderes que desde fuera quieren dominar, subyugar al Estado colombiano”.

Pese a esta violencia, el obispo destaca que “la Iglesia es la única que procura estar en todos los lugares, en todos los sitios, desde donde está el gobierno central hasta las ultimas instancias donde hay tanto olvido y pobreza. Tanta falta de lo necesario para vivir con dignidad, allí hay un miembro de la iglesia católica llevando el mensaje de paz y de reconciliación. Es la gran esperanza y nosotros queremos serlo hasta el final”.

Aunque en el camino se hayan cometido errores, recuerda monseñor Álvarez Gómez, la Iglesia es la institución que genera mayor confianza a la gente y esto hace que esté presente en todas las realidades, sobre todo, en entre los más pobres y abandonados, donde falta lo necesario para vivir con dignidad.

“Este año precisamente estamos trabajando en Colombia en año de la reconciliación, invitando a los colombianos a desarmar nuestros corazones y a entrar en un ambientarte de reconciliación y de paz que nos abra el camino del desarrollo”, concluye el obispo.






7:37:00 a.m.

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