LA LIBERTAD
DE ENSEÑANZA EN URUGUAY
Está
reconocida constitucionalmente pero el sistema legal y administrativo desconocen este precepto de
la Carta Magna
Por Carlos Alvarez Cozzi
La
norma constitucional veremos garantiza el respeto irrestricto a la libertad de
enseñanza ( Art. 68 de la Carta Magna) donde establece: “Queda garantida la
libertad de enseñanza. La ley reglamentará la intervención del Estado al solo
objeto de mantener la higiene, la moralidad, la seguridad y el orden públicos.
Todo padre o tutor tiene derecho a elegir, para la enseñanza de sus hijos o
pupilos, los maestros o instituciones que desee”.
Este
prencepto constitucional nunca se cumplió en el Uruguay y se niega el mismo por
normas legales o medidas administrativas de menor rango.
Y ello
por la sencilla razón que los padres, que como habitantes de la República pagan
sus impuestos con destino a la enseñanza pública de gestión pública, si deciden
enviar a sus hijos a un colegio pùblico pero de gestión privada, confesional o
laico, deberán de pagar la matrícula y cuota del mismo. Por lo que en Uruguay esos padres deben pagar dos veces la educación de
sus hijos.
Como
lamentablemente sucede también con la seguridad o la salud.
Es
constitucional? No. Es justo? Tampoco.
Han
habido en el pasado iniciativas de crear un Bono Escolar y entregárselo a los
padres y que éstos elijan realmente la educación de sus hijos. Incluso ello le
saldría más barato al propio Estado.
No sólo
la Conferencia Episcopal del Uruguay lo
planteó hace años sino que también en su momento lo hizo el partido Unión
Cívica y hasta ha reconocido hace poco las bondas del bono el propio actual
ministro de Econonía del gobierno de
izquierda, Cr. Danilo Astori.
Los
padres al pagar sus impuestos recibirían un bono del Estado para la educación
de sus hijos. Ellos elegirían un colegio y entregarían ese bono. El colegio
percibiría del Estado la cuota por la educación de ese niño o joven. Los
colegios mejores se beneficiarían con la mayor elección de los padres.
Tan
sencillo como eso.
Pero
sabido es el peso de los corporativismos sindicales en el Uruguay. Ejemplos
recientes de intolerancia y falta de respeto para con un director de la
Enseñanza Pública de parte de los gremios de docentes nos eximen de mayor
abundamiento.
Es
tiempo de solucionar este tema vital para la República y la Democracia en
Uruguay.
De
seguro el próximo gobierno nacional deberá de abocarse a ello.
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